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martes, 26 de abril de 2011

Semana Santa








En mi casa somos de 5 minutos antes y dónde puse el bañador fueron las botas de lluvia. La cuestión es que la cosa iba de agua. Como se nota que la boda Real británica está al caer. Fiesta y lluvia tan puntuales como siempre. Pero como al igual que las bodas los invitados han de llegar igual, decidí que con lluvia o sin ella iba a disfrutar.

El Domingo de Ramos lo empecé religiosamente, como debe de ser. A eso de las 7 quedé con mi amiga María para ir a misa. Antes de entrar, ramo de olivo. ¡Noooooooooooo ese NO! Cuándo me giré una paisana gritaba poseída que el ramo que había cogido era una “mierda“. Me encanta la mierda que he cogido, le respondí sólo girando la cabeza, si ella estaba poseída yo quise hacer un poco de niña del exorcista. Cuando mi cuello volvió a su posición original entramos en la Iglesia. Tras una misa y una procesión decidí que el lunes hacía penitencia. De actos. Pero como la semana continúa inevitablemente me apresuré a hacer la maleta en dirección a mis vacaciones de Semana Santa. Y allí llegué, a mi Santa Casa. Solté maletas y rumbo a la procesión del Cristo atado a la columna. Estaba arrepentida de no ir a la del lunes. Es que soy una tía de costumbres, me cambias el plan y voy de lao`. Llegué a la hora, poca espera, por evitarme eso del te he visto hace dos semanas pero: “cómo te va, qué tal te va, qué haces, cómo respiras, cuál es tu número de DNI”. Es lo que tiene Huesca, que es muy de tradiciones.

Me fui a la cama rara. Bueno … rara no, llena! ¡Alegría como se come en casa! Mi tripa va por delante de mí cada vez que voy, la muy egocéntrica se hace notar. El día siguiente se convirtió en relax. Ver a la familia, amigos que hace años que no veía e incluso ver la evolución de la vida a través de dos preciosos soletes que pintaban “solitos” de color rosa. ¡Cómo pasa el tiempo! Y me encanta que pase y ver a la gente feliz. Y llegó el jueves o tendría que decir ¿El jueves de hace un año? En fin, que sólo diré que lo pase muy bien. Después de mentalizarme que no iba a ver ni un solo charco de Pals decidí que la montaña sería la mejor opción. Verde, verde y más verde. Y después de pensar que no podía ver más verde me llegó una foto al móvil de una “Jara”. Mi primera Jara. ¡Gracias Marta! La verdad es que fue una decisión acertada viajar hasta el Valle de Tena. Más amigos y más charlas. Sobre todo la de mi vecino de arriba, siempre es de sabios escucharle. Temas de metafísica que parecen poesía y vivencias que huelen sin querer a premio Nobel …

Y así se fueron pasando las vacaciones hasta que esta mañana alguien dijo “Bienvenidos a Madrid - Puerta de Atocha”. Así que eso hice, cogí de nuevo la puerta, la de la rutina y aquí estoy, dispuesta a comerme el mundo de nuevo.

viernes, 15 de abril de 2011

La mecánica de mi corazón


Mientras leo “La mecánica del corazón” pienso cómo está el mío. Me pregunto cuánto tardará, dónde estará y la conclusión que saco es que es tan despistado como yo. No nos hemos encontrado, ni siquiera nos conocemos pero él piensa en mí y yo pienso en él. Mientras hace su maleta, yo me encargo que todo esté en orden. Ya tenemos otra cosa en común, sabemos complementarnos. Me gusta. Me siento bien. Estaría mejor si estuviera conmigo ¿Se habrá perdido en el camino?¿o es que lo tiene todo medido? Me aporta curiosidad. Otra más. La diana se estrecha. Pero para cuando llegue al centro ¿habré perdido la capacidad de amar? ¿Es alguien capaz de perder esa capacidad?

Sólo sé que cuando le mire a los ojos sabré que es él. Porque en una mirada se puede ver el alma, en las manos una sensación y en su forma de caminar una dirección que apunta a la felicidad. Pero ¿Y si no viene? Todos tenemos alguna vez en la vida esa sensación de querer sentirnos protegidos por la persona por la que darías todo. ¿Hasta dónde daríamos por esa persona, por la que decidimos compartir la vida? Pero quizá lo más importante es elegir a la persona adecuada. Pero y ¿cómo lo sabemos? No creo en el amor a primera vista pero sí en las sensaciones que me produce. Lo perfecto es que te dé vértigo, eso indica que por lo menos te has asomado al precipicio. Después todo viene rodado, las vistas te gustan y decides lanzarte. ¿La clave para que dure? No la sé pero podría ser capaz de describirlo. Supongo que es como cuando abres una ventana en un lugar maravilloso. Primero ves la luz, luego un campo de flores para más tarde cerrarla porque se ha puesto a llover. Supongo que mi ventana como la de todo el mundo se ha abierto y cerrado varias veces en la vida pero yo quiero que la mía se quede ya abierta para siempre. Sería un comodín si dijera que es porque estamos en primavera.

La verdad es que en este momento de mi vida quiero a ese compañero de viaje por el que todas perdemos la cabeza. No hablo de príncipes, ni dentistas como diría María Jiménez. No me importa lo que tenga, me regala su vida y ¿Qué hay más caro que eso? Me vale con que tenga ganas de vivir a mi lado, que sea cariñoso, detallista … que en el bolsillo tenga un barco de papel para ver si todo esto flota o sin embargo tengamos que amarrar porque nos hayamos quedado sin veleta, sin rumbo … sin brújula hacia la felicidad.